El cajón estropeado
Ana~Babybruji – Cuentos para APRENDER a SER FELIZ a través de la CONSCIENCIA
El cajón estropeado
Mi amiga Carolina se casa esta tarde. Somos buenas amigas desde el colegio y hemos compartido un montón de experiencias: los nervios de ir al instituto por primera vez, el primer beso, el primer trabajo…
Llevo meses ayudándola a preparar su boda, es lo que tiene ser su madrina. La verdad es que he disfrutado un montón viéndola probarse vestidos, eligiendo los detalles para los invitados, organizándola la despedida de soltera y, por supuesto, celebrándola.
Esta boda también ha tenido una parte durilla: pasarme meses contando cada caloría para perder 5 kilillos, conseguir meterme en el vestido que a ella ha elegido para mí y no parecer una butifarra.
Hoy será su gran día y saldrá todo perfecto. Bueno, casi, me da que se ha quedado sin madrina. Estoy aquí, en el hospital, esperando a que me digan cuánto de grave es la herida que me he hecho en el pie. ¿Quieres saber cómo he llegado hasta aquí?
—¡Por culpa de un cajón estropeado!
Técnicamente porque no lo arreglé cuando debía.
Si me preguntas desde cuándo ese cajón está estropeado, te diría que desde que compramos la casa. La idea inicial era cambiar todos los muebles, así que no tenía demasiado sentido arreglarlo. Pero se fueron imponiendo otras prioridades y los muebles siguieron ahí. Cada vez que abría el cajón, cogía lo que necesitaba y ponía mentalmente su reparación en la lista de los pendientes. ¿Tú también tienes una lista así?
Hasta que esta mañana al abrirlo se terminó de romper. Sí, no había otro día. Y tampoco había otro sitio donde caer que mi pie. Así que aquí me tienes, en el hospital, esperando a que me digan cuánto de grande es el estropicio. Mínimo me van a tener que dar unos puntos, así que imposible llegar a la boda. No sé si Carolina me perdonará. Bueno, sé que lo hará, algún día…
Mientras espero a que me miren me ha dado por pensar en lo que ha pasado y me he dado cuenta de que la culpa es toda mía por dejar ese tema pendiente en vez de arreglarlo. Y me he puesto a repasar otros temas pendientes: llevar a reparar el DVD, apuntarme a ese curso de escritura que tanto me apetece, arreglar las cosas con mi hermano, una discusión tonta no debería mantenernos separados. ¿Te has puesto tú también a repasar tu lista de pendientes? Espero que mi accidente nos sirva a los dos para ir tachándolos de una vez.
Un final feliz no solo es el que te regala una sonrisa, también es el que te regala una buena lección, aunque vaya disfrazada de lágrima.
Fuente: Ana~Babybruji «Cuentos para APRENDER a SER FELIZ a través de la CONSCIENCIA»
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